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Nota de agradecimento

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COMUNICADOOFICIAL

Una vez concluido el intenso fin de semana en el que Nuestro Titular ha presidido el Vía Crucis de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Córdoba en el interior de la Santa Iglesia Catedral, nos gustaría hacer públicos los siguientes agradecimientos:

 

En primer lugar, a la propia Agrupación por tener a bien elegir al Santísimo Cristo de Gracia para presidir el mencionado acto y al Cabildo Catedral por el acogimiento y trato recibido en el Templo Mayor de la Diócesis. Por supuesto agradecer a Nuestras Hermanas del Convento Cisterciense de la Encarnación, donde estuvo Nuestro Titular después del rezo del Vía Crucis, por el enorme amor y devoción que le tienen. Y por supuesto al Padre Fray José Luis Obispo, Superior de la Casa Trinitaria en nuestra Parroquia con el que compartimos nuestro camino hacia la Catedral.

 

Así mismo queremos agradecer profundamente a las hermandades de Nuestro Padre Jesús Nazareno Rescatado y del Vía Crucis del Santo Cristo de la Salud por acompañarnos en todo momento. De igual manera a las hermandades de la Santa Faz, Perdón, Conversión, Rocío y de la Cabeza. También queremos agradecer a la Hermandad del Santo Sepulcro de Nuestro Señor Jesucristo por su recibimiento a nuestro paso por la Iglesia de Salvador y Santo Domingo de Silos.

 

También nos acompañaron distintas autoridades representantes del Ayuntamiento de Córdoba, así como D. Alfonso Morales, presidente de la Federación de Peñas Cordobesas, a los cuales agradecemos enormemente tal deferencia.

 

Y como siempre a todos los grupos de nuestra Hermandad, Hermanos que formaban el cortejo, costaleros y miembros de la Agrupación Musical, que mostraron un impecable comportamiento que ha facilitado la organización y desarrollo de los actos.

 

Han sido dos días tremendamente emotivos en el que hemos tenido el orgullo de comprobar la devoción que nuestra ciudad tiene al Santísimo Cristo de Gracia, motivo de orgullo para toda la hermandad en el año en el que celebramos la IV centuria de su llegada a la casa Trinitaria.