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Nuestra Parroquia

Nuestra Parroquia

Fundación e historia de la parroquia

La información que poseemos de la historia de la Parroquia de Nuestra Señora de Gracia, proviene de varios archivos documentales religiosos, tanto en Córdoba como en Madrid y algunos estudios, pero fundamentalmente nos la da el protocolo de la Casa de la Trinidad en Córdoba.

El convento, situado en intramuros y junto a la Puerta de Plasencia, se situaba enfrente de la anteriormente llamada, plaza de Olmos, siempre conocida como el Alpargate, y actualmente como Plaza del Santísimo Cristo de Gracia.

Este convento será fundado en 1607, y sus inicios fueron en una pequeña ermita, conocida como la de Nuestra Señora de Gracia, que tenía dos pequeñas casas a sus lados y un hospital, también de pequeñas dimensiones, junto a ella.

Parece ser, que esta ermita podemos situarla en torno a fines del siglo XV, mencionada incluso por el Padre Roelas. Respecto a la titular, que hoy en día ostenta el remate del retablo, sabemos que su devoción fue muy fuerte, terminando de ayudar a ello los religiosos trinitarios. Como bien cita Bonifacio Porres, encontraremos noticias de los milagros de esta imagen, incluso en Nueva España.

Después de estos datos iniciales, que nos muestran los orígenes del convento, nos centramos en su fundación, y es que fue el propio San Juan Bautista de la Concepción, refundador de la orden, quien llega a Córdoba, buscando abrir más casas en Andalucía, con la licencia real y cartas de recomendación para el Obispo firmadas por el Duque de Lerma, consigue el beneplácito del Obispo Mardones, a pesar de los detractores y vicisitudes con las que se encuentra el reformador.

Consiguiendo tomar posesión de esta casa el 7 de Junio de 1607, ocupando las dos pequeñas viviendas laterales que había junto a la ermita. Quedando como primer ministro el Padre Antonio del Espíritu Santo y posteriormente San Juan Bautista de la Concepción, muriendo aquí, en la ciudad de Córdoba. El convento irá creciendo, solicitándole poco a poco, al ayuntamiento tramos de muralla, e incorporando nuevas casas y solares que fueron comprando los religiosos. Hasta que en 1623, comienza la fábrica de la iglesia.  A pesar de que las obras tienen algunos parones, se consigue realizar gracias a diversas donaciones, incluidas las del propio Obispo, realizando entre las últimas obras, la capilla del Santísimo Cristo de Gracia de 1648, pudiendo decir que la iglesia se terminó en 1686 con grandes ceremonias de hasta 10 días.

Posteriormente la propia iglesia necesitará reformas y algunos cambios, realizando en 1719 la capilla del Rescatado y la restauración de la del Santísimo Cristo de Gracia en 1784.

Respecto al patronato del convento y la iglesia, será en 1636, cuando D. Pedro de Arias tenga a su voluntad ser enterrado, al igual que a su esposa, en dicha iglesia. Siendo en 1710, D. Jerónimo Arias de Acebedo, quien ostentaba el mayorazgo.

Con la invasión de los franceses, en 1808, las tropas entraron al convento causando daños muy grandes en el patrimonio, al igual que robaban a la vez. El 12 de Junio, día de la Trinidad participarían en la Eucaristía, con el general Dupond, estos soldados, incluso en la procesión del día del Corpus. Es un mal momento para la ciudad que pasa por mucho malestar, sacando incluso los religiosos a la imagen del Santísimo Cristo de Gracia en procesión rogativa, pero los franceses vuelven a entrar en la ciudad.

En 1813, podremos ver reunida a la orden y festejando la beatificación de San Juan Bautista de la Concepción, pero poco después en 1835, D. José de Villatoro y D. José Solís, en nombre de D. José Beltrán de Lis, ejecutan el decreto del 25 de Julio, disolviendo la comunidad e incautando todos sus bienes.

Debido a este hecho, el convento se utilizará como presidio correccional, como hospital para coléricos, de sangre para los heridos en la batalla de Alcolea, etc. Hay un nuevo intento de la orden de reorganizarse, pero no llega a buen puerto, siendo en 1876 cuando los padres claretianos a su llegada a la ciudad toman el convento, primera comunidad masculina que se establecía en Córdoba, desde la exclaustración, creando un colegio de misiones.

Pero por fin, Fray Francisco de San Juan Bautista, consigue los permisos y en 1900 el usufructo perpetuo del convento, mientras los trinitarios permanecieran en Córdoba, estableciéndose la comunidad en 1903 definitivamente, hasta nuestros días.

La parroquia artísticamente

Analizando artísticamente nuestra iglesia, en la fachada presenta un antepecho cerrado por rejas, por el que suben dos rampas. Es una fachada de grandes dimensiones y sencilla, que posee tres puertas. Sobre la principal encontramos un altorrelieve de la Santísima Trinidad, y en el resto de la fachada nos encontramos a San Juan de Mata y San Félix de Valois, fundadores de la orden. A continuación Santa Inés y Santa Catalina de Alejandría, y sobre ellas las tres virtudes teologales. Cerrando el frontón triangular, decoración repetida en la fachada, dos ángeles, Nuestra Señora de Gracia, San Miguel y San Rafael. Clausurando esta el campanario de la misma.

En el interior de la iglesia encontramos tres naves, la de la derecha presenta menos altitud y anchura, y es terminada con una cúpula ovoidea con frescos de personajes del Antiguo Testamento, y en yeso los escudos de los Arias y Acebedo. Los retablos de esta nave, nos dejan ver a San Rafael, San José y la Beata Ana María Taigi. Terminado con el ultimo altar donde encontraremos la maravillosa obra de Pedro Roldan de la Inmaculada Concepción. Junto con los evangelistas, tallas que se encuentran repartidas en el crucero.

 

En la nave central, con planta de cruz latina, podemos descubrir el retablo mayor, donde entre tres calles y dos cuerpos vislumbraremos, en esta talla traída en 1869, del convento de Jesús Crucificado, una magnifica Trinidad en el centro, de Antonio Castilla, y a los lados de la misma, de nuevo los fundadores de la orden, en el cuerpo superior San Álvaro y Santa Catalina de Siena, que indican la procedencia del retablo, y coronado por Nuestra Señora de Gracia.

Esta nave presenta una cúpula con frescos muy oscurecidos por la humedad y a lo largo una serie de cuadros que representan escenas de la orden trinitaria. Al final de la nave, un coro bajo, que tiene una sillería traída por los misioneros claretianos durante su estancia en el convento. Bajo esta nave, se encuentra la cripta.

Para terminar, en la nave izquierda nos encontramos con dos capillas importantes, la primera la del Rescatado, realizada en 1719, de planta hexagonal y posteriormente con una ampliación del camarín, coronada por un lucernario y capilla que guarda a la imagen de este Nazareno, realizado por Fernando Díaz de Pacheco en 1713. En esta capilla se encuentra enterrado Alonso Gómez de Sandoval de gran interés escultórico en la ciudad, que perteneció a la orden durante un tiempo y que creó los Evangelistas que hemos citado, los cuales cerraban ambos lados del crucero, habiendo sufrido uno de ellos grandes desperfectos.

 

Y para terminar este breve análisis de la iglesia, la capilla del Santísimo Cristo de Gracia, realizada en 1648 y reformada en 1784. Presenta una bella decoración en yesería con motivos vegetales, y cuatro lunetos en su cúpula decorados de forma pictórica. En el retablo están presentes las urnas con los cuerpos de San Esteban y San Valeriano, mártires sacados de las catacumbas de San Calixto y donados como otros, a los Padres Trinitarios, por el Papa Urbano VIII.

En la misma Capilla encontramos los restos, en el interior de la imagen de cerería, de San Juan Bautista de la Concepción.

Y como su nombre indica, en esta capilla nos encontramos con la imagen del Santísimo Cristo de Gracia. anónima, con características propias de la imaginería indígena, procedente de Puebla (México), que llego al convento en 1618, y que nos dejará una impronta muy fuerte gracias a los Padres Trinitarios y al fervor que levanta, en la tan patente religiosidad de nuestra ciudad. Se encuentra acompañado de un grupo escultórico que llega a Córdoba desde Valencia en 1896, y se le atribuyen a Venancio Marco Roch.