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Un extraordinario comienzo de mayo

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Córdoba, 3 de Mayo de 1653. Acudir a una biblioteca, abrir un libro de historia cuyo grosor supere una cuarta, y ver esta fecha en una de sus páginas,suponga quizás un asunto baladí.  Sin embargo, si fijamos nuestro punto de mira en el Convento de Nuestra Señora de Gracia, esta fecha puede significar un hito para la historia de un Barrio, y por qué no, de una ciudad entera.

La devoción de los cordobeses más humildes originó el anhelo de dar testimonio público de Fe. Era necesaria la intercesión de una fuerza sobrenatural, que salvara las cosechas de aquellos hombres que trabajaban de sol a sol en los extramuros de la ciudad. Allá por 1653, estos hombres de fe, sabían que no había otro remedio que acudir a Dios para que solventara el problema. Fueron ellos, quienes procesionaron por primera vez al Señor. Como bien sabrás lector, en el Alpargate, al Señor se le llama con nombre propio; Cristo de Gracia, nuestro “Esparraguero”.

365 años después, más de un centenar de hombres de fe, conmemoran esta efeméride. En los mismos términos que en 1653, pues todos ellos acuden al encuentro del Señor para ofrecerle sus plegarias, pero con otra connotación. En esta ocasión, el pasado 1 de Mayo, los jóvenes del “Alpargate” quisieron rendir tributo a la Santa Cruz.

Bien es cierto, que el mes de la Juventud de Gracia es Septiembre, pero esta vez, y de forma extraordinaria y por qué no decirlo, también a marchas forzadas, cada uno de los jóvenes de la Hermandad, ofrecieron parte de su tiempo para participar de forma activa en este 400 Aniversario.

Como dice San Pablo en su Carta a los Corintios: “El cuerpo no está compuesto de un solo miembro, sino de muchos. Y aunque tiene muchos miembros, el cuerpo es uno solo. (…) Pues bien, vosotros formáis el cuerpo de Cristo y cada uno por su parte es un miembro de él.

Grupo Joven, Costaleros, Capataces, Componentes de la Banda, Amigos,… Cada uno cumpliendo su particular tarea, formaron parte de la comitiva; y como hace 365 años, todos ellos mirando al cielo, pero esta vez, rogando que remitiera la lluvia. Y así fue, la Santa Cruz transcurrió por el itinerario previsto sin adversidades.

No creo oportuno finalizar estas líneas sin dar mi más sincero agradecimiento a todas aquellas personas que han dedicado su tiempo y han puesto su empeño en que Mayotuviera a la Juventud de Gracia dando Testimonio de Fe una vez más. Y añado que, el aliento para el futuro de todas estas personas, son las nuevas generaciones que día a día se acercan al Cristo de Gracia queriendo formar parte de su mensaje de Amor.

Todos nosotros, jóvenes con ilusión y ganas de hacer las cosas bien, necesitamos la ayuda de quienes aprendieron como nosotros a servir al Señor. Gracias a todos vosotros, por abrir las puertas de vuestra casa, por ser el verdadero mensaje de Cristo, por ser Juventud de Gracia.

Extraordinario comienzo de Mayo, Año Extraordinario; Juventud Extraordinaria.